Una vez hayas podido disfrutar de la belleza de tus orquídeas y sus flores hayan caído, tendrás que podar la planta. Para asegurarte de que sigue creciendo, es importante que no pierda energía en varas secas. Si las podas, permitirás que empiecen a florecer de nuevo. Para asegurarte de que no las cortas demasiado, mira los pseudobulbos (pequeñas yemas en el tallo) y corta el tallo justo por debajo.
La poda, realizada en modo correcto, puede ayudar a la orquídea a producir nuevos pimpollos con más facilidad y más velocidad.