El hotel recibió una transferencia bancaria en nombre de Anna Delvey por un monto de $ 30,000. Y, de repente, todo volvió a la normalidad para la joven sociedad. O al menos eso es lo que ella pensó. Ella estaba en un rudo despertar.
El hotel aún no había recibido un número de tarjeta de crédito en funcionamiento para la habitación de Anna. Con las facturas acumulándose diariamente, el hotel ya había terminado jugando. Exigieron una tarjeta de crédito válida y, de no ser así, amenazaron con cambiar el código de su habitación.
23. Cambios bruscos
Cuando no se proporcionó una tarjeta de crédito, se modificó el código de su habitación, bloqueándola. Anna Delvey estaba furiosa, no podía creer que la trataran como a una plebeya. Fue entonces cuando ella sacó un truco que aprendió de Martin Shkreli.
Ella les dijo a los gerentes del hotel que compraría dominios web en todos sus nombres para que ellos tengan que pagarle un día para obtenerlos. Pero mientras tanto, Anna se fue de vacaciones a Marruecos con su entrenador personal (que no se mencionó), y un camarógrafo llamado Rachel Williams.
