Diferente a todas las demás
Peggy era especial y única, pues no había otra mecánica en toda la Base Aérea. Y es que en aquellos tiempos era muy raro ver a una mujer en el ejército, pero aún más lo era que una jovencita destacara en la mecánica, una actividad ocupada por hombres en gran mayoría. Evidentemente, Peggy no estaba preocupada por seguir las normas sociales, sino los dictados de su corazón por poco convencionales que fueran.
La pareja perfecta
Fue la determinación y seguridad de Peggy lo que causó tan buena impresión en el padre de Billie, que trabajaba en el área de hélices, al punto de considerarla ideal para su hijo. Y es que el contraste con las otras chicas de su edad era evidente. Las jovencitas en aquella época tenían como principal preocupación verse bellas y conseguir un buen partido como marido. Peggy, en cambio, quería ser útil para su país y sentía auténtica pasión por la mecánica. La historia de Peggy y Billie fue viento en popa desde el primer momento, y es que su amor nació de manera inmediata tras conocerse.