Un sistema poco fiable
Las cosas no paraban de empeorar cada día un poco más. En una ocasión Peggy recibió un telegrama informándole de la desaparición de Billie con fecha 7 de julio. Algo sin sentido ya que en su colección de cartas de su esposo, había varias posteriores a ese día. Más tarde una rectificación informó que la fecha de desaparición había sido el 17 de julio. “No podía entender lo que estaba pasando. Primero me quedé helada, pero después fue la confusión lo que me inundó. La información no era fiable”
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Peggy se conformaba con cualquier migaja de información que recibiera y hacía un gran esfuerzo por intentar darle sentido a las distintas pistas. Por desesperante que fuera la situación, su fuerza interna y el apoyo de sus seres queridos fueron claves para poder seguir adelante. “Desde las oficinas me tranquilizaban, asegurándome que no había de qué preocuparse. Junto a mis seguros nos dieron a entender que su regreso era inminente. Pensamos en todas las posibles opciones: quizá estaba inconsciente en alguna institución médica, o no recordara quién era como consecuencia de alguna herida. No sería la primera vez que algo así ocurría”, dijo Peggy.