Sin rastro
En su pensamiento se define que cuando hay amor, todo es posible. Eso es probablemente lo que debió pensar Peggy y lo que la mantuvo fuerte en su búsqueda de la verdad sobre porque su marido no volvió.
Su marido Billie se desvaneció sin dejar rastro alguno apenas 6 semanas después de casarse, pero Peggy nunca dejó de buscarlo. Ella sabía que debía haber un motivo que explicara su desaparición, algo ajeno a la voluntad de Billie.
Sin rendirse
¿Qué fue lo que le pasó a Billie? Esa es la pregunta que Peggy quería que se desvaneciera de su cabeza a toda costa, por mucho sufrimiento o esfuerzo que hiciera falta para al fin obtener una respuesta. No había límites a la hora de utilizar sus recursos, cualquier contacto o información era bien recibida. El problema es que muchas veces las pistas eran contradictorias entre sí, y encontrarles un sentido se convirtió una tarea imposible. Pese a todas las adversidades, Peggy nunca desistió.