El amo soy yo
Claramente amaba a su dueño, pero no se podía hablar de una relación de amo y mascota. Neo nunca vio a la familia como a sus dueños y estaba claro que la casa era suya. No importaba lo que intentaran, nunca podrían imponerle autoridad. Era como si creyese que era igual que ellos.
Una última visita
Este día en particular Neo estaba en el patio trasero y claramente se sentía inquieto. Decidió escapar una vez más y visitar a su vecina favorita, la pastor alemán de al lado. Los vecinos estaban en casa, por lo que su alegría duraría poco. Esta vez fueron menos pacientes.